12 de agosto de 2025
Comisión de Infancias
Pronunciamiento de la Comisión de Infancias del Colegio de Psicólogas y Psicólogos de La Pampa
Sobre la situación actual de las infancias.
En el Día de las Infancias, que conmemora los aniversarios de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989), no podemos dejar de reflexionar sobre cómo están las infancias hoy respecto de sus derechos.
Nos preocupa que la mitad de los niños, las niñas y adolescentes vivan en situación de pobreza, que hayan aumentado las estadísticas de abuso sexual, embarazos no deseados, suicidios; y que el debate público se centre en la baja de la edad de imputabilidad, primando políticas de criminalización y no de protección.
Vivimos un tiempo de políticas de vaciamiento en salud y educación pública, que desampara, vulnera y desprotege a nuestras infancias y juventudes. La discapacidad, lejos de ser un atributo individual, es muchas veces producto de barreras sociales. Su abordaje es una cuestión de Estado y responsabilidad colectiva. Sin embargo, se vetan medidas de emergencia en discapacidad, vulnerando derechos humanos básicos.
Este contexto histórico y político genera subjetividades atravesadas por malestares profundos que se expresan en conductas autolesivas, ideaciones suicidas, apatía, depresión, abulia, ira, tristeza, rencor, envidia, odio. En la subjetividad de la época se ha instalado el individualismo, la falta de oportunidades, la fragilidad de lazos afectivos y solidarios, la naturalización de la crueldad, la falta de empatía, la soledad. Niños y niñas se encuentran en soledad, con angustia, ansiedad, con menos experiencias en el mundo tangible y más horas en lo virtual, que detiene el juego y los expone a riesgos.
Frente a ello, reafirmamos la necesidad impostergable de promover espacios subjetivantes, de escucha y orientación, no solo para el niño/a sino también para la familia. Nos preocupa la tendencia a medicalizar y patologizar las expresiones de sufrimiento y malestar frente a lo indecible, ubicando el “problema” en la infancia, en lugar de reconocer las tramas vinculares, sociales y políticas que atraviesan.
Las infancias están en riesgo, cuando se las reduce en síntomas, diagnósticos o en problemas de conducta. Por eso sostenemos: escuchar antes que etiquetar, alojar antes que medicar y acompañar sin juzgar ni silenciar.
Al decir de Silvia Bleichmar, ¿qué podemos hacer frente a este dolor país que crece? Tal vez debamos aceptar el desafío de repensar las infancias, como un espacio en el cual “el tiempo deviene proyecto y los sueños se vuelven trasfondo necesario…”
Cuidar las infancias también es cuidar la mirada desde la que intervenimos, construimos y nombramos.